Así mejora la tecnología GPS nuestra vida en la ciudad

¿Sabes qué papel juega el GPS en tu ciudad? Va mucho más allá de llevarte de un lugar a otro.


Inventado como herramienta bélica norteamericana, hasta el año 2000 el GPS no fue un servicio civil. El 1 de mayo de ese año, Bill Clinton mandó apagar su señal de interferencia, abriendo con ello la tecnología al mundo. Desde entonces el GPS, o Sistema de Posicionamiento Global nos ha ayudado a navegar.


Pero, ¿sabes cuál es el papel del GPS en las smart cities? 18 años después de su apertura al mundo civil, ciudades de todo el mundo usan el GPS para evitar atascos en su interior, balizar el sistema de recogida de basura, fomentar el carsharing e incluso el turismo.


 


No navegues con los ojos cerrados


El primer uso generalizado para el GPS fue el del guiado de vehículos. Funciona de la siguiente forma. A unos 20.180 km hay una nube de más de 24 satélites cuyas órbitas y relojes son muy precisos. Cuando queremos saber dónde estamos, nuestro dispositivo busca al menos cuatro de ellos y les pide su hora y posición. Mediante cálculos sobre cuánto tarda la señal en llegar, se despeja nuestra posición exacta.


La resolución es muy elevada, y esta hace posible saber si estamos en un carril u otro de la carretera, en qué sentido nos movemos y nuestra velocidad. Todos estos datos son perfectos para que el GPS haga de copiloto y nos guíe. Hasta tal punto en que hoy nos fiamos a pies juntillas de lo que diga la pantalla del teléfono móvil con respecto a nuestra ubicación.


Bien utilizada, esta tecnología previene atascos. ¿Te has preguntado por qué el GPS no siempre te manda por la misma ruta? Pensemos en una ciudad en hora punta. Sabemos con relativa seguridad que ciertas arterias quedarán colapsadas en unos minutos, y que otras es probable que se saturen poco después.


Usando la tecnología del GPS y el big data, nuestro GPS no solo dirige nuestra ruta, sino que la coordina con miles de otros conductores cercanos. Así, mandando a unos pocos por una ruta ligeramente más larga, todos pueden llegar a tiempo porque no se crean tapones.


Farolas y cubos de basura que saben dónde están


Los flujos urbanos son claves para el buen funcionamiento de la smart city. Es por eso que el sistema de recogida de basuras ha de ser mínimo y directo: haciendo uso del mínimo número de vehículos de recogida y yendo por la ruta más directa, ha de recogerse el volumen máximo de residuos.


Para conseguir esta meta, se usa el sistema GPS a la hora de balizar contenedores y gestionar flujos. Por ejemplo, la aplicación llamada Smart Tools lanzada por Urbaser  ya combina GPS y limpieza en Palencia. Sobre la señal de GPS se planifica la recogida de residuos, la jardinería, limpieza vial y movilidad urbana.


Además, gracias a la lógica matemática las rutas pueden maximizar su eficiencia usando las resoluciones al problema de los puentes de Königsberg. Este planteaba un problema en la ciudad de Königsberg: ¿eres capaz de cruzar los siete puentes solo una vez volviendo al punto de partida? Euler lo resolvió en 1736, y hoy usamos el algoritmo para crear rutas de recogida o reparto.


Si el contenedor sabe dónde está y lo lleno que se encuentra, puede avisar al recogedor. Si una farola conoce su ubicación, puede encenderse maximizando la eficiencia energética. En San Sebastián de los Reyes están probando un sistema pionero de alumbrado conectado mediante GPS, radiofrecuencia y 3G.


¿Por qué colocar estos sensores dentro de una farola? El IoT avanza lentamente cubriendo la ciudad. Los smartphones fueron la avanzadilla, pero en un par de décadas las ciudades se habrán convertido en un ecosistema digitalizado y ubicuo. Es decir, en todas partes habrá computación y todos los sistemas estarán integrados bajo un mismo paraguas tecnológico.


Esto supone un ahorro en mantenimiento. Pero también un aumento de seguridad cuando una farola sabe el momento preciso en que tiene que encenderse para iluminar la calle con el mínimo de luz necesaria. O cuando envía información sobre su posición si ha sufrido una avería, es capaz de tramitar una señal WiFi o se enciende porque un peatón pasa cerca.


Carsharing, imposible sin GPS


El carsharing está siendo muy aceptado en las zonas céntricas de las ciudades más pobladas de Europa. Su éxito se debe a que el sistema es fácil y rápido porque cada vehículo (coches, motos o bicis) incorpora una baliza GPS. En el caso de que bajes a la calle y busques uno de los Renault ZOE de Zity, no necesitarás dar vueltas hasta topar con uno de ellos.


En su lugar basta con mirar sobre el mapa, orientarnos y reservar el vehículo más cercano a nosotros. Esto ahorra tiempo, pero también ayuda a localizar usuarios poco cívicos. En 2017 se descubrió a algunos usuarios guardando de noche vehículos de carsharing en sus garajes para tener plena disponibilidad pero sin tener que pagar por los minutos nocturnos.


Por supuesto, fueron cogidos, recibieron una penalización económica y fueron baneados de la plataforma. La clave para encontrarlos fue el GPS y patrones anómalos.En ellos se veía cómo diferentes vehículos pasaban siempre la noche en puntos tan bien definidos que tenían que ser plazas concretas. Además, siempre los cogía el mismo usuario por la mañana. Sospechoso.


Gracias al GPS integrado, los Renault ZOE de Zity no solo están localizables ante una emergencia –siempre viene bien que la ambulancia de contigo rápidamente en caso de accidente– sino que pueden navegar por la ciudad con su navegador de a bordo. Lo que nos devuelve al primer punto con que abríamos este artículo: los flujos de vehículos urbanos… y el problemilla del aparcamiento.


¿Buscas aparcamiento? Con el GPS no darás vueltas


Parkifast y EasyPark son dos compañías rivales que se disputan las calles de buena parte de Europa. También son dos aplicaciones que nos ayudan a aparcar gracias al GPS, y bastante fáciles de usar. Así como de pago. El usuario solo tiene que pulsar un botón al coger el coche y otro al aparcarlo, y el sistema hace el resto.


En realidad, la mecánica es fácil. Al pulsar el botón cuando dejamos un hueco libre se coloca una señal sobre el mapa señalizándolo; y al pulsar al aparcar le dice al sistema que el hueco ya no está disponible. Esto hace que muchos conductores no tengan que dar vueltas por los barrios buscando plaza de aparcamiento, y también evita el problema de tener que balizar punto a punto la ciudad.


Hoy día todos llevamos un smartphone en el bolsillo, y con este es suficiente para activar una señal GPS. Especialmente para un vehículo que ocupa cuatro metros por dos metros. Además, como estos sistemas se basan en software, las mejoras son rápidamente aplicables.


Geo-Xating, ¿GPS para promover el turismo?


¿Te imaginas  recorriendo las calles de Barcelona mientras juegas a una gincana turística cuyo fin es descubrir un tesoro? Eso es lo que planteó la iniciativa Geo-Xating ya en 2009. Hoy muchas aplicaciones turísticas funcionan de este modo. Gracias a la ubicación del turista, este recibe instrucciones georreferenciadas. Como fragmentos de historia y hechos curiosos sobre el arte que está contemplando.


El GPS es una tecnología relativamente nueva, fácil de usar y muy fiable. Es por eso que están conformando la realidad de la smart city, e incluso hay aeropuertos que dejan de lado balizas visuales y por radio para gestionar el control de aeronaves mediante GPS.


 


Fuente: Blog Corriente Eléctrica

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